No falta mucho para que la prensa, tanto escrita como audiovisual, haga eco de lo que será un notición: " Se cierran todas las facultades de medicina y farmacia del país ". Pero aún podemos estar tranquilos. Todavía hay esperanza y podemos remediarlo.

Hace poco en el trabajo pude ver un caso que yo lo catalogaría como typical spanish, vamos, que todo el mundo hace (o hacemos, claro). Asoma una mujer de no muy avanzada edad con una criatura de meses en sus brazos y empieza ha hablar con otra señora de mediana edad que estaba en el balcón de un primer piso:
- ¿Que le ha mandado el medico a la niña?. - dice la señora del primer piso.
- Pues ... lo de siempre, unos supositorios.
- Nada, tú dale Alergical expectorante. Que mala sombra no acordarme antes del nombre y te hubieras ahorrado de ir al médico.
Puede parecer que la señora del balcón era pediatra o, a lo sumo, médico pues... nada de eso. Era la señora de la limpieza, profesión tan digna como la de médico, al parecer un familiar de la portadora de la criatura. Alergical expectorante. Que fuerte, si nos sabemos los nombres y propiedades de las medicinas mejor que los médicos y farmaceúticos.
Antes no salíamos de Frenadol, Gelocatil y cuatro más pero, ahora con los medicamentos genéricos... somos la caña. Nos sabemos los nombres propios de los remedios farmacéuticos. Que te duele la cabeza, Paracetamol. He amanecido con una pequeña e ínfima inflamación, Ibuprofeno. No, creo que la inflamación ha ido a más, estoy fatal y no me puedo mover; tomate un Diazepan antes de acostarte que te vendrá de lujo.
Bueno y eso de ir al medico, para qué. Seguro me que manda esto. Lo buscamos en nuestra farmacia particular (algunos superan en género a las reales) y marchando, pastillazo al canto.

O, como mucha otra gente que toma medicina natural (espino blanco, avena sativa, y un largo etcetera), que no concibe que aunque sea natural, puede joderte igualmente.
Señoras y señores, nos pasamos siete pueblos. Tomamos y acopiamos demasiadas medicinas y aún no nos enteramos que la automedicación es un error. Puede ser bastante perjudicial para la salud.
Dejemos que esos profesionales de bata blanca diagnostiquen realmente lo que tenemos y decidan, con más criterio que nosotros, qué, como y cuanto debemos tomarnos para aliviar nuestros males.
Es hora de dejaros. Además, voy a tomarme un Paracetamol ahora mismo, que tanto escribir me está dando dolor de cabeza.